Las muestras de tejido se obtienen de biopsias, piezas de quirófano o autopsias. Son muestras excedentes del proceso diagnóstico y pueden preservarse en diferentes formatos:
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Tejido parafinado: es el formato clásico para realizar un diagnóstico gracias a su facilidad de procesado y almacenamiento a temperatura ambiente. La morfología del tejido se preserva intacta, por tanto, es útil para realizar tinciones histoquímicas e inmunohistoquímicas. Actualmente, gracias a la optimización de los kits comerciales de extracción de DNA y RNA, también se utiliza en técnicas de biología molecular aunque debe tenerse en cuenta la posible degradación de los ácidos nucleicos.
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Tejido congelado (en OCT o flash frozen): es un formato que se utiliza para investigar ya que preserva biomoléculas como el DNA, el RNA y proteínas y, por tanto, permite realizar análisis genómicos, transcriptómicos o de proteómica. El tejido se sumerge en el medio de Optimal Cutting Temperature (OCT) o directamente en nitrógeno líquido (flash frozen).
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Tejido en fresco: los protocolos de recogida son variables y se adaptan a las necesidades de cada proyecto. El formato permite no fijar la muestra y, por tanto, poder realizar aislamientos o cultivos celulares.